Los cínicos no sirven para este oficio
"Es un error escribir sobre alguien con quien no se ha compartido al menos un tramo de la vida". Este es uno de los temas centrales de Los cínicos no sirven para este oficio, un libro conversado sobre el trabajo del periodista, sobre sus dificultades y sus reglas, y sobre la responsabilidad de los intelectuales que hoy en día, se dedican a la información.
El reportero polaco Ryszard Kapusciñski afronta en estas páginas las principales cuestiones vinculadas con la descripción de la realidad, en una época de grandes cambios políticos y sociales, y de revoluciones tecnológicas en el ámbito de la información. ¿Cómo contar la pobreza, el hambre, las guerras? ¿Es imprescindible tener motivaciones éticas para ser un buen periodista? ¿Qué relación existe entre realidad y narración? ¿Cómo moverse entre la investigación de la verdad y los condicionamientos del poder? ¿Es cierto que la televisión e Internet han cambiado definitivamente la forma de hacer periodismo?. El libro incluye una entrevista de A. Semplici con el escritor acerca de los acontecimientos que llevaron a la emancipación de África del dominio colonial, y un diálogo con el narrador y crítico de arte John Berger sobre el ver, comprender y contar.
La vida simula a fase continua. Cada día debes lograr llegar al final pero no por el premio que haya cuando termines sino por ser capaz de empezar nuevamente la fase al día siguiente. Es lo que llamamos rutina. Como toda rutina existe un momento en el cual asumes el papel que desempeñas día tras día y además crees que al realizarlo de manera casi automática el resultado es cada vez más perfecto, mejor acabado y mejor producto. Si trasladamos esta idea a la profesión periodística quizás lo primero que debamos debatir sea el concepto de rutina. No en sí misma y no entendida a raja tabla el periodista realiza una rutina aunque eso no signifique que cada día realice lo mismo pero si es cierto que de manera global su objetivo es siempre el mismo: Informar, enseñar y entretener.
Pues bien, si de algo dependen las empresas informativas es de aquellos a quienes otorgar el trabajo de realizar dicha información: EL PERIODISTA. Pero entramos en el debate y la disyuntiva de averiguar (entre otras) varias cuestiones:
- ¿Cómo ha de ser el periodista?
- ¿Qué debe conocer el periodista antes de realizar su producto final?
- ¿Cómo debe tratar los temas? ¿O es que existen tratamientos diferentes?
Todas estas preguntas afectan directamente al funcionamiento y al éxito de una Empresa Informativa. Según Ryszard Kapuscinski existen distintos modos de ver la información, distintos grupos empresariales donde poder trabajar, distintos puntos de vista así como dispares objetivos. Pero entre tanta confusión y saturación informativa este autor defiende una ética común en el periodista: Los cínicos no sirven para este oficio.
Ryszard Kapuscinski se adentró en el mundo periodístico al acabar la escuela, con tan sólo dieciocho años, en plena posguerra y apogeo de la guerra fría. El desolador panorama de la Polonia destruida despertó en él la necesidad de describir el triste mundo en el que vivía con la intención de cambiarlo. Afirma que un periodista no puede ser cínico, o que una persona cínica no puede pretender ser periodista. Es algo incompatible, inconcebible. "Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos". Nos recomienda; se resigna al estrés constante, abandona voluntariamente la comodidad y no deja nunca de luchar por sus objetivos, por el cambio. La experiencia adquirida a lo largo de los años, la bondad natural, y el afán incombustible por querer conocer, explicar y ayudar a los demás, hacen del maestro polaco uno de los máximos exponentes del periodismo contemporáneo.
Otras consideraciones interesantes hace sobre ese proyecto de superhombre que debe ser el periodista, entre ellas: la resistencia física y psíquica son indispensables, "tampoco puede ser corresponsal el que tiene miedo de la mosca tse-tse", el que teme vivir en una choza, el que tiembla al pensar que puede ser apaleado o sujeto de robo, "el que no sabe admitir y administrar su propio miedo ni estar solo, el que no es curioso ni lo suficientemente optimista como para pensar que los seres humanos son el centro de la historia...".
Cabe plantearse si realmente el éxito de las Empresas Informativas está en escuchar, dar voz y sobretodo dejar que el periodista decida que es realmente aquello sobre lo que debe informar. Porque recordemos una vez más que: el periodismo es una forma de vida que nos acompaña las 24 horas del día.
- Más sobre Ryszard Kapuscinski:
Crítica y vídeo en:
Entrevista por Ricardo Cayuela, 2002:

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